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sistema de frenos de una moto

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El sistema de frenos en una moto, al igual que en el resto de vehículos, es el elemento más potente del que disponemos sobre la moto y puede evitarnos un percance cuando circulamos. Es, por tanto, imprescindible que los mantengamos en un correcto estado de salud para poder circular seguros. Os vamos a dar una serie de consejos e indicaciones para tenerlos siempre a punto y que puedas circular con absoluta seguridad y confianza en tu sistema de frenado.

Conocer los elementos del sistema de frenos de una moto

Lo primero que debes conocer son los elementos de los que se compone todo el sistema de frenado, desde las manetas o el pedal, pasando por la bomba, el depósito de líquido, el interruptor de luz de freno, los latiguillos, las pinzas con sus pistones, las pastillas y los discos que hacen el trabajo final de frenado. En el caso de que nuestra moto incorpore frenos de tambor encontraremos, además de este último, las zapatas montadas en su interior y, en algunos casos, un sistema de accionamiento mecánico por varillas.

Comprobación de los frenos de una moto

El primer paso, como casi siempre, es una inspección visual de los elementos exteriores del sistema. Echar un vistazo para comprobar cualquier anomalía que pudiera provocar el no poder frenar en condiciones. Lo adecuado es realizar esta operación, mínimo cada 3 meses, aunque lo ideal sería que lo comprobáramos cada vez que saliéramos con nuestra moto, sobre todo, si esta duerme a la intemperie.

Discos de freno

Los discos de freno tienen un espesor mínimo, por lo que es importante ver su nivel de desgaste. Su grosor será el indicador por el cual tendremos que tomar la decisión de cambiarlos, ya que, si circulamos con discos muy gastados, corremos el riesgo de que aparezcan grietas o, en casos extremos, se puedan romper completamente y tener grandes posibilidades de tener un accidente.

Si no disponemos de los datos del fabricante, o no tenemos una herramienta adecuada para medir el grosor de los discos, siempre podemos observar su borde, ya que es aquí donde el desgaste se hace evidente. Si el margen existente entre dicho borde y la superficie de rozamiento es muy acusado, te aconsejamos que acudas a tu taller para su comprobación.

Los discos tienen una vida útil muy elevada, en muchos casos pueden superar los 50.000 km., pero su durabilidad depende, en la mayoría de casos, del tipo de conducción, el uso de los frenos, así como de la calidad de las pastillas que utilicemos.

Si te ves capacitado, el procedimiento para el cambio de disco es sencillo, pero requiere extraer la rueda de la moto. Tras ello, tan solo será necesario soltar los tornillos que lo unen a la llanta, colocar el nuevo y atornillarlo a su par correspondiente. Te recomendamos hacerlo en orden de estrella, para que el disco se asiente de forma homogénea.

Pastillas de freno

Las pastillas de freno son el elemento que más desgaste sufre en nuestro sistema de frenado, ya que son las encargadas de transmitir la fuerza que ejercemos de la maneta a la superficie del disco. Su degradación es muy grande y tienen una vida útil de entre 10.000 y 20.000 km. en función del uso y tipo de pastilla.

Su comprobación suele ser sencilla, ya que puedes hacerlo bien mediante una apertura en la pinza o desde uno de los lados de esta. Cuando les quede poco material de fricción, unos 2mm de grosor, es recomendable pensar en cambiarlas para evitar que puedan llegar a rozar la placa metálica con el disco.

La sustitución suele ser muy sencilla, basta con soltar los tornillos que unen la pinza a la horquilla o basculante. ¡Pero no toques la maneta del freno con la pinza suelta! A continuación, recogeremos el pistón o pistones hasta el interior de la pinza. Para ello utilizaremos un útil específico o un destornillador plano ancho, con el que haremos presión en las pastillas viejas. Soltaremos el pasador, tornillos o fleje metálico (según tu tipo de pinza), que suele situarse en el exterior de las pastillas, y las extraeremos. Colocaremos las pastillas nuevas, y realizaremos el montaje de forma inversa a como lo hemos desmontado todo, acabando por montar de vuelta la pinza en su lugar. Si tu pinza es flotante, recuerda limpiar y engrasar los tornillos por los que desliza. Es importante apretar los tornillos de esta a su par de apriete correspondiente.

Cuando hayas finalizado bombea varias veces la maneta o pedal para asentar las pastillas contra el disco, y no olvides que estas requieren unos kilómetros de rodaje para funcionar al máximo de su rendimiento.

Líquido de frenos

El líquido de frenos tiene como objetivo transferir la fuerza que ejercemos en la bomba hasta los pistones de la pinza de freno que, a su vez, empujarán las pastillas contra el disco.

Este fluido es higroscópico, esto es, que tiene tendencia a absorber humedad. Es por ello que, con el tiempo, va perdiendo eficacia y rebajando su punto de ebullición. Esto puedo ocasionar la pérdida de la potencia de frenada en casos de frenadas intensas, ya que el líquido puede hervir, provocando la aparición de burbujas en el circuito. Además, el agua contenida puede acabar corroyendo el interior del circuito de frenos, afectando a otras partes del sistema como la bomba y los pistones.

Se deben sustituir cada dos años y debe tenerse especial cuidado en que no se nos derrame líquido sobre partes del carenado o elementos pintados, ya que es muy corrosivo. Para realizar la operación, se debe purgar todo el sistema para evitar que se nos queden burbujas de aire dentro en el sistema. Si no sabes realizarlo, lo mejor es acudir a tu taller.

Pinzas de freno

Las pinzas de freno contienen los pistones que empujan las pastillas contra el disco al aumentar la presión del líquido de frenos en su interior.

Existen de dos tipos en base a su funcionamiento: las flotantes, que disponen del pistón o pistones tan solo en uno de sus lados y las pinzas fijas, que cuentan con uno o más pistones enfrentados a cada lado.

Además, dependiendo de su forma de montaje diferenciamos las pinzas axiales, con los tornillos de sujeción paralelos al eje, y radiales, que llevan los tornillos en dirección al eje.

Habitualmente, su durabilidad es muy alta y apenas requieren mantenimiento. Cuando cambiemos pastillas deberemos simplemente asegurarnos de atornillarlas correctamente y de limpiar tanto las guías como los pasadores.

Apretando una pinza de freno a la horquilla

Si la pinza se agarrota, será seguramente por un problema en los pistones y habrá que extraerlos, limpiarlos y cambiar sus retenes. Una operación que es mejor dejar en manos de un profesional.

Latiguillos de freno

Son los encargados de llevar el líquido de frenos hasta las pinzas. Son tubos flexibles de goma, también los hay metálicos, que otorgan una mayor durabilidad y mejor sensación de frenada.

Al igual que las pinzas, su vida útil es altísima, y solo debes sustituirlos cuando apreciemos muestras evidentes de vejez, como la aparición grietas o una excesiva rigidez.

Cambiarlos es muy sencillo. El primer paso es vaciar el líquido del circuito con una jeringuilla comenzando por el deposito. Segundo, soltaremos el racor o tornillo de la parte inferior para acabar de drenar el fluido que pueda quedar en el latiguillo, y en esta operación hay que tener especial cuidado en que el líquido no gotee sobre ninguna parte de la moto. En tercer lugar, soltaremos cualquier soporte al que esté amarrado el tubo y quitaremos el racor de la parte superior. Al instalar los nuevos latiguillos, es importante que las arandelas de cobre vayan a ambos extremos del tornillo para evitar fugas. Tras estos sencillos tres pasos solo falta purgar el sistema para que el líquido vuelva al circuito y la moto vuelva a frenar.

Bomba de freno y depósito

Esos dos elementos están situados junto a la maneta o pedal y, en función de la fuerza que ejerzamos sobre ellos, cambiará la presión del líquido que se encuentra en el circuito. Cuanta más fuerza realizamos, mayor nivel de líquido impulsaremos, aumentando la presión y por tanto la potencia de la frenada.

Podemos accionar la bomba de manera axial o radial y la única diferencia entre ambas es que las primeras transmiten la fuerza en dirección transversal y las segundas en la misma dirección en que la ejercemos. Este último sistema es el más habitual en motos de corte deportivo. No requieren mantenimiento más allá de su limpieza y el cambio de líquido cuando se requiera.

Manetas de freno

Es la parte en los frenos de una moto en la que ejercemos nuestra presión de forma directa y acciona la bomba. Pueden ser fijas, sin posibilidad de ajuste, o contar con un regulador que permita ajustar la distancia a nuestra mano. No requieren más mantenimiento que engrasar de vez en cuando su eje y sustituirla si hemos sufrido alguna caída.

Puesto que la maneta acciona el interruptor de la luz de freno, debemos procurar su correcto funcionamiento y poder así prevenir al resto de conductores la disminución de nuestra velocidad de circulación.

Frenos de tambor

Si tu moto calza frenos de tambor, debes saber que, a diferencia de disco, pinza y pastillas, tus frenos cuentan con un tambor, con sus zapatas en el interior y la o las levas que las accionan, y que, a veces, su mando, en vez de hidráulico, es mecánico con varillas para accionarlo.

Freno trasero de tambor en una Honda Vision

Para su mantenimiento, tan solo debes estar atento al indicador de desgaste que suelen tener en el exterior, así como regular el tensor cuando sea necesario. Si observas que han llegado al final de su vida útil, será necesario soltar el neumático y abrir el tambor para sustituir las zapatas. Una operación que, dependiendo del modelo, puede ser más o menos laboriosa.

Te hemos explicado cómo funciona el sistema de frenos de una moto, cuáles son sus características, los modelos, así como sus componentes. También te hemos contado su mantenimiento, su limpieza y las sustituciones de las piezas gastadas o en mal estado. Y, por supuesto, queremos subrayar la necesidad de tenerlos siempre en buen estado. Y, como siempre, si tienes dudas acude a un profesional.
¡Tú seguridad y la de tus acompañantes depende de ello!

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